A Víctor
Acompañado,
dibujo el amanecer y el humo se mueve junto con la pipa. El Sol me pide la paz.
Le dibujo los rayos y las montañas donde descenderá. El olor del humo me
extiende hasta los campos y puedo trazas nubes. Exhalo. Ahora el Sol tiene los
ojos claros y veo en él una cascada de fuego. El fuego crece, y mi humo sigue
en compañía, tan verde como siempre. Verde, convertido en rojo. Se me ocurre
una firma, no mía, sino del perfume.
De esta manera
termino mi obra maestra, y mi viaje entre los cielos lo comprueba.
*Mención Honorífica en el I Concurso Literario
“Marihuana en 100 y 1 palabras”. 2011. Chile.
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