Somos las momias que
persiguen las luciérnagas
y cambian su piel
como las estaciones
Donde se desaparecen
las hojas
y surgen los árboles
con raíces de plata
donde todos los que
se besan
se sientan a
contemplar
el océano de cielo
y decirse que esta
eternidad
la fundé para que los
demás
jugaran a ser un
mundo
apenas nacido.
Somos las momias que
bailan al son de una luna roja
Los demás nos cantan
y
Descubren que las
cicatrices
Indican nuevas islas
donde se guardan
Las sombras de los
objetos
Y los mapas que
esconden
Los ojos de los
grandes piratas.
Que si somos momias o
no
Estamos bailando
porque los pies nos llaman
A los pueblos que son
conquistados
Con el amuleto del
afecto
Donde cogemos cada
uno de los frutos
Que se guardan en tu
espalda
Y crecen ramas para
que puedas volar
Sobre el cosmo
diciendo
Esto no es una
canción
De momias.
Mi querida amiga poeta, es un poema extraño y divertido, de una justa ironía que atrapa a su lector entre las vendas de una momia. Un abrazo fraterno desde esta esquina
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